Museo Comunitario Santos Gutiérrez

Nació en El Cocuy, Boyacá, el 22 de septiembre de 1923. Falleció en Bucaramanga el 31 de agosto de 2010 a los 87 años de edad. Hijo de Sacramento Herrera y de Octavia Barrera. Contrajo matrimonio con Ana Inés Acevedo Patiño y de esta unión nacieron nueve hijos: Orlando, Gloria Inés, Germán, Luis Fernando, Jairo, Mario Ernesto, Yaneth Omaira, Yolanda y William Martín.

Cursó sus estudios en el Colegio José Santos Gutiérrez. Su profesión fue la sastrería, su vocación sentimental, la música. De su cuna natal emigró a Bucaramanga, Santander, por causa de la violencia en el año 1949. En esta ciudad estrechó sus lazos artísticos con diferentes artistas nacionales e internacionales. Fundó los coros de ADECOL, integrados por 120 voces entre solistas, dúos, tríos, cuartetos, que muchos de ellos ingresaron a orquestas del país y a la televisión colombiana.

Fue profesor de música en la Dirección de Cultura de Santander y participó en diferentes festivales como el del Joropo de Villavicencio con la canción “Canto Vaquero” donde obtuvo el primer puesto; el Festival del Niño Campesino en Bogotá con la canción “El niño y su vereda” donde también obtuvo el primer puesto; Festival del Petróleo en Barrancabermeja con la canción “Oro Negro” logrando el segundo lugar. A su vez fue jurado calificador en Las Ferias y Reinados de San Sebastián, San Cristóbal, Venezuela; Festival del Bambuco en Neiva; Festival de la Guabina y el Tiple en Vélez Santander; Festival de la Cumbia en el Banco Magdalena al cual fue invitado por el maestro José Benito Barros Palomino.

Fue socio activo de la sociedad de autores y compositores de Colombia, SAYCO. Delegado de esta entidad en Santander por doce años, donde le fue otorgada la Lira de Oro SAYCO el 29 de octubre de 2005.

Compuso el himno del Ejercito de Colombia “El tropel de los 14 lanceros” en memoria a los lanceros del Pantano de Vargas. Grabó cerca de 70 canciones en diferentes ritmos en las que se destacan “El bobo”, “Ojos esmeraldinos”, “Tu recuerdo”, “Mares de olvido”, “Añoranzas”, “Sollozo de Luna”, “Juan sin tierra”, “Así te imaginé”, “Al Cocuy”, “Amor y Olvido”, “Así nació el bolero”, “Sed de oro”, “Bambuco al mundo”, “Labriego colombiano”, “Amor feliz”.

Compuso para su tierra natal el pasodoble “Raza Bravía”, obra que el Concejo Municipal y la Alcaldía de El Cocuy mediante el acuerdo No. 32 del 26 de noviembre de 2008 adoptó e institucionalizó como himno oficial del Municipio de El Cocuy. Compuso la música del himno “Alborada juvenil” que la Institución Educativa José Santos Gutiérrez adoptó e institucionalizó como himno oficial de esta entidad. La letra de esta obra musical es de la hermana Cristina del Rosario (Alfonsina Obregón Árias).

El maestro Foción Barbosa Barrera, nació en el municipio de El Cocuy, el 10 de febrero de 1922 y falleció el 10 de septiembre de 2002. Hijo legitimo de Francisco Javier Barbosa Ibañez (1875-1951) y Rosalía Barrera Leal. Sus abuelos paternos fueron Eusebio Barbosa Alvarado (1830-1886) y Secundina Ibañez. Contrajo matrimonio en El Cocuy el 3 de Mayo de 1944 con María Emperatriz Pérez Angarita (hija de Braulio Pérez Silva, y María del Carmen Angarita). De esta unión nacieron sus hijos Edgar, Yebrail, Edward Aníbal, Luis Foción, Sonia Emperatriz, Gloria Yanet, Javier Armando (fallecido de 9 años en 1966), Nury del Carmen y Holman Barbosa Pérez.

Sus ascendientes de origen portugués, se habían radicado en España y posteriormente en América del Sur y provenían del Conde Gómez Núñez y de Sancho Núñez de Barbosa. De esta ascendencia llegó a El Cocuy en la década de 1760, don Domingo Antonio Barbosa, distinguido comerciante de la sal y otros productos en la provincia de Gutiérrez y quien fuera elegido por el ilustre Cabildo de Tunja como alcalde de El Cocuy para los años 1788, 1789 y 1794. Sus otros ascendientes fueron Francisco Javier Barbosa Nuñez (1784-1872) y Francisco Javier Barbosa Alvarado (1823-1872).

Foción Barbosa Barrera, puso de manifiesto su afición por la música desde muy temprana edad. Realizó sus primeros estudios musicales en su pueblo natal El Cocuy con profesores que llegaron para organizar la banda municipal, a la cual perteneció más tarde. Continuó sus estudios en el Batallón Zulia de Cúcuta, donde prestó el servicio militar y fue integrante de la banda de guerra y la banda de música. Fue un consagrado y virtuoso intérprete de la bandola andina, obteniendo varios reconocimientos y premios. Se hizo merecedor al primer premio en el concurso de música colombiana, modalidad instrumental de cuerda, realizado en Bucaramanga en 1970.

En El Cocuy se desempeñó como profesor de música en la Escuela Normal de Varones, en el Colegio de señoritas del Sagrado Corazón y en el Colegio José Santos Gutiérrez. Fundó y dirigió varios conjuntos musicales, entre otros: Brisas del Norte, Los Auténticos de Gutiérrez y Los Trovadores del Norte, este último ganador del primer premio en un concurso de música colombiana organizado por la Caja Agraria Regional Boyacá en 1979. Dentro de sus composiciones se mencionan: Brisas del nevado (bambuco), Sonia Emperatriz (guabina), Ausencia ( bolero), Murmullos (pasillo), Quehaceres (rumba) y Bola de nieve (pasillo).

Nació en el Cocuy, Boyacá, el 23 de enero de 1941. Hijo de Eleuterio Mora Téllez y Sixta Tulia Mora Moreno. Es el segundo hijo de 12 hermanos. Seis murieron a temprana edad y los demás aún viven. Es ciego de nacimiento y su infancia transcurrió en este hermoso municipio Boyacense.

En 1963 se casó con Rosa Elena Buitrago Barón. De este matrimonio nacieron 11 hijos: Delia Lucia, Lilia Esther, Jaime Alberto (Q.E.P.D.), Gloria Cecilia, Carlos Eduardo, Jesús Antonio, Fanny Sofía, Guillermo Alfonso, Héctor Javier, Ángela Patricia y Rubén Dario Mora Buitrago, todos nacidos en El Cocuy, quienes también heredaron su talento para el canto y el amor a su pueblo al igual que sus 16 nietos.

Entre 1947 y 1952 sus padres se radicaron en la ciudad de Bogotá, en el barrio Olaya. En 1948 ingresó al Instituto Colombiano para Niños Ciegos (INCI) donde realizó sus estudios de primaria y alternó con su formación musical en técnica vocal e interpretación del piano y el acordeón, con la instrucción de los maestros Hernando Rivera Páez y José Tomás Posada. Gracias a su talento musical y a su privilegiada voz, fue incluido en los coros del instituto y realizó varias presentaciones en sitios reconocidos de Bogotá como el Teatro Colón y otros de renombre.

En 1960, terminada su educación primaria y con motivo de las vacaciones de fin año y fiestas decembrinas regresa a El Cocuy donde lo invitan a participar de los coros para celebrar las novenas de aguinaldos, en especial en el colegio femenino Sagrado Corazón de Jesús dirigido por las Hermanas Dominicas de la Presentación en donde conoció a su futura esposa.

En 1961, es admitido como estudiante del Colegio José Santos Gutiérrez, en donde realizó sus estudios secundarios. El 15 de abril de ese mismo año comenzó a ejercer como cantor de la Parroquia Nuestra Señora del Rosario de El Cocuy, actividad que realizó durante 56 años, enseñando los cantos propios de las eucaristías y la vida sacramental de muchos de los habitantes del municipio a quienes acompañó en sus matrimonios, grados, primeras comuniones, confirmaciones, bautizos, exequias, también las celebraciones de semana santa, los coros de villancicos y enseñando a la vez los valores cristianos.

El 25 de agosto de 2006 en la ciudad de Bogotá, la fundación FADINE y la Alcaldía Municipal de El Ccocuy, le ofrecieron un reconocimiento y exaltación por su labor y contribución al desarrollo social, espiritual y cultural de la comunidad cocuyana. Se unió a este acto la familia de la Institución Educativa José Santos Gutiérrez otorgándole una mención de honor y gratitud. El 25 de noviembre de 2012, la Alcaldía Municipal de El Cocuy, la Escuela de Música y la Fundación Blanco y Verde, le hicieron entrega de una mención de honor y gratitud perenne por toda una vida en pro de la cultura y la música de nuestro pueblo.

En desarrollo de su vocación musical integró la banda de música del municipio dirigida por el señor Emiro Walteros Oicatá, quienes amenizaban las ferias y fiestas no sólo de El Cocuy sino también las de otros pueblos de la provincia, donde era muy apreciado por su talento. Hizo parte de las orquestas “Los Rítmicos” y “Los Amigos” que acompañaban el tradicional aguinaldo cocuyano y los famosos bailes de teatro de amor y amistad.

Con el apoyo de los maestros de la escuela Urbana Mixta y el Colegio Nacionalizado José Santos Gutiérrez, colaboró en la enseñanza de la música, haciendo énfasis en que los estudiantes aprendieran a valorar y querer los ritmos propios del municipio, del departamento y del país tales como: bambucos, cumbias, pasillos, guabinas, pasodobles, rumbas, torbellinos, rajaleñas y porros, resaltando la historia misma de la canción y la biografía del autor. Por este motivo es de grata recordación por muchos de los que fueron sus alumnos.

Por motivos de salud, actualmente se encuentra radicado en la cuidad de Bogotá al cuidado de sus hijos, pero recordando siempre con amor su pueblo natal.

Su familia viajó a Bogotá en el año 1963. Hizo sus primeras presentaciones en las emisoras Mariana y Radio Sutatensa. Cantó en la Media Torta junto a Berenice Chávez y en tres ocasiones cantó en el programa La Nueva Estrella de la Canción de Jorge Barón TV. En casa de uno de los hermanos Acevedo, conoció a Claudio Blanco y a Gilberto Mora. Ahí nació el Trío Nevado. Luego de varios años el trio se disolvió. Manuel Alfredo León, reemplazó a Claudio en la segunda voz y Miguel Ortiz reemplazó a Gilberto en el requinto y la tercera voz. El trío tuvo muchas presentaciones en sitios privados y públicos. Fue pasando el tiempo y en un momento llegó la nostalgia, afloraron en su mente los recuerdos de su querido Cocuy y nacieron los versos y la música del paseo “Mi Cocuy” y de la rumba “La cobija rosada”, canciones que fueron grabadas por el Trío en el año 1982. Se prensaron 1.500 discos, de los cuales tan sólo conserva un ejemplar.

Viajó en marzo del 1983 a la ciudad de Nueva York. Allí conoció a un paisano caleño y se conformó el Dueto Colombia. Trabajó con los mariachis Azteca, Real de México y Citlalli. Con el mejicano Federico Valente, conformó el Dueto Los Galleros. Al poco tiempo su amigo murió.

Una enfermedad le obligó a retirarse parcialmente de la música. Fue en 1993 cuando le diagnosticaron leucemia. La solución planteada fue realizar un transplante de médula ósea, pero no se encontró un donante. La alternativa fue entonces limpiar su propia sangre y volverla a poner en circulación. El segundo percance de salud ocurrió en el año 2010 cuando se le ordenó un transplante de hígado debido al exceso de la quimioterapia del primer tratamiento. Eran casi dos años esperando ese transplante y un día su esposa Elisa, le preguntó: “¿Ali, qué es lo que más recuerdas de El Cocuy? y él, contestó: Pues el viejo pino que ya está como yo, viejo y cansado. Pues compóngale una canción a ese pino, dijo ella”. Así nacieron los versos para “El viejo pino”. En un viaje que realizó en el año 2012 a Bogotá, con el propósito de despedirse de su familia y de algunos amigos, recibió una invitación de la colonia cocuyana residente en Bogotá. Fue para él una sorpresa muy grata el ver a tantos paisanos reunidos allí. Tenia en su bolsillo el papel con los versos de “El viejo pino”. Quiso leerlos pero su estado de ánimo y salud no se lo permitieron. Su esposa lo hizo por él. Le preguntaron sobre la clase de música o de ritmo que le gustaría para esos versos, a lo cual respondió: “Un pasillo, ya que es un ritmo sentido que se presta para narrar amores, desamores y melancolías”. Así estaba él como el viejo pino, cansado, enfermo, con las alas y las ramas quebradas, lleno de recuerdos y con ansias de vivir. Su buen amigo Wilson Quintero Quintana, escribió esa misma noche la música para el pasillo “El viejo pino”. Al día siguiente esta canción tuvo su primera interpretación. En esa misma velada estaba presente el señor Jairo Rincón Morales (q.e.p.d.), quien se ofreció como mecenas para ayudar a la grabación de un CD que incluyera el “Viejo Pino”. Se unió también a este proyecto el maestro Edilson Gómez Lagos, con su Escuela de Música y Audio Fernando Sor.

Jesús de Nazaret, tenía otros planes para él. Una joven artista americana, de nombre Shana, al momento de morir el 12 de diciembre de 2012 se convirtió en la donante del precioso órgano esperado por tanto tiempo, el hígado que él necesitaba. El transplante se hizo con éxito el 16 de diciembre del mismo año. Él recuerda este episodio y se expresa así de Shana: “Dios la bendiga ahora y siempre”. Luego de unos cuantos meses de recuperación tuvo la oportunidad de regresar en el año 2013 a Bogotá y con la dirección artística de Wilson Quintero Quintana, los arreglos del maestro Isnardo Antonio Chipatecua Peralta y en los estudios de grabación de la Escuela de Música y Audio Fernando Sor, le fue posible realizar el sueño de grabar seis nuevas canciones de su autoría e incluirlas en el CD “Así es tu pueblo, Vol. 3, El viejo pino”. Estas son las obras musicales de Alirio Hernando Lagos grabadas hasta ahora: “Mi Cocuy” (paseo), “La cobija rosada” (rumba), “El viejo pino” (pasillo), “Para Elisa” (bambuco), “Es tiempo todavía” (bolero), “Mis dos estrellitas” (balada), “Que suerte la tuya” (son), “Cualquier camino sirve” (bolero ranchero). Otra grabación que hizo Alirio Lagos, se llama “Jesús, sana mi cuerpo, sana mi alma”, de autor desconocido. Recitó esta oración para darle gracias a Dios por lo generoso que siempre ha sido con él. A su amigo Wilson Quintero Quintana, le pareció linda esta oración y con la melodía de su canción “Un nuevo día”, se le dio acompañamiento a esta hermosa plegaria.

En mayo de 2022 el maestro Alirio Lagos, viajó a Bogotá y en los estudios de la Escuela de Música y Audio Fernando Sor, grabó 14 nuevas obras musicales de su autoría. El 30 de agosto de 2022, el consejo directivo de la Sociedad de Autores y Compositores de Colombia “SAYCO” aprobó su ingreso como socio de esta entidad, aprobación que le otorga oficialmente el título de maestro en música.

Nació en El Cocuy, Boyacá, el 24 de junio del año 1953. Su padre Marco Antonio Quintero Vergara (1930–2012), se casó con María Teresa Quintana Silva (1932). De esta unión nacieron sus hijos: Wilson, Jaime, Martha Teresa, Marco Antonio, Mauricio y Luis Alejandro Quintero Quintana.

Se casó el 29 de diciembre de 1973 con Dayssy Yaneth Campos Matiz (1959) y de esta unión nacieron sus hijos Carlos Andrés (1974), Wilson Javier (1975) y Eliana María Quintero Campos (1980).

Realizó sus estudios primarios en la Escuela de El Cocuy y en el año 1965 cursó el primer grado de secundaria en el Colegío José Santos Gutiérrez. En este año se inauguró la sede actual de esta Institución Educativa.

Su familia se trasladó en 1967 a Bogotá y allí a sus 14 años se vinculó a la banda de música del Colegio Técnico Industrial de Bogotá. A los 15 años inició estudios de música y armonía con énfasis en la guitarra y la trompeta. En 1970 a la edad de 17 años compuso sus dos primeras canciones: “Por ti” (balada) y “Cuando un amor se va” (balada), grabadas por el sello Orbe, con arreglos del maestro Francisco “Pacho” Zapata Vallejo.

En el año 1980 se vinculó al grupo Viva la Gente de Colombia como director de orquesta y estuvo allí por 12 años. Compuso la canción “El Alfarero” para acompañar a su Santidad Juan Pablo II durante la visita realizada a Colombia en el año 1986 con ocasión del encuentro multitudinario con los trabajadores de Colombia realizado en el Parque el Tunal de Bogotá, el 3 de julio de 1986.

En el año 2008 presentó al Concejo Municipal el proyecto para adoptar e institucionalizar como himno oficial del Municipio de El Cocuy el pasodoble “Raza bravía”, del ilustre compositor cocuyano Luis Arsenio Herrerea Barrera. Coordinó la elaboración del arreglo musical, la producción y la grabación de este himno y el 26 de noviembre de 2008 el Concejo Municipal y la Alcaldía mediante el acuerdo No. 32 adoptó e institucionalizó la letra y la música de esta obra musical como himno oficial del Municipio de El Cocuy.

La institución Educativa José Santos Gutiérrez mediante la resolución 016 del 30 de octubre de 2012 declaró miembro ilustre y exalumno de la Institución Educativa José Santos Gutiérrez al maestro Wilson Quintero Quintana, por su contribución a la elaboración del arreglo musical, la producción y grabación del himno “Alborada juvenil” de la Institución Educativa en la conmemoración de los 55 años de esta entidad.

Es autor y compositor de 65 canciones, 40 de las cuales han sido grabadas por diferentes intérpretes. El consejo directivo de la sociedad de Autores y Compositores de Colombia, SAYCO, mediante resolución del 10 de octubre de 2013 aprobó su vinculación como socio bajo el No. 7575.

En el año 2019, bicentenario de la independencia de Colombia compuso dos himnos: El “Himno de Paya” (coautoría con letra del maestro Carlos Eduardo Malagón Bravo) y el “Himno al Puente de Boyacá”, adoptado e institucionalizado como obra perenne, mediante la ordenanza 048 del 6 de diciembre de 2019 por la Asamblea Departamental y la Gobernación de Boyacá. Este himno hace parte del protocolo de los actos conmemorativos de la Batalla de Boyacá que se celebra el 7 de agosto de cada año.

Estas son algunas de sus obras compuestas, grabadas y publicadas en las plataformas digitales y YouTube: “El día más bonito (bambuco)”, “Colombia qué linda eres (cumbia)”, “Todos somos Colombia (bambuco)”, “Así es tu pueblo (paseo vallenato)”, “Me voy pa´l Cocuy (porro)”, “El alfarero (balada)”, “Aún siendo niña (bambuco)”, “Lo nuestro es todo (balada)”, “Esta noche (bolero)”, “Nuestro planeta Tierra (balada)”, “Nochecita cocuyana (bolero)”, “Mujer (pasillo – Música: Wilson Quintero Quintana; Letra: Hernando Matiz Camacho)”, “La casa de los molinos (bambuco)”, “Pequeña mía (bolero)”, “Atardecer Caribe (paseo vallenato)”, “El viejo pino (pasillo –Letra: Alirio Hernando Lagos; Música: Wilson Quintero Quintana)”, “Tierrita cocuyana (bolero)”, “Un nuevo día (balada)”, “Te deseo amor (balada)”, “Bailar contigo (paseo vallenato)”, “Si (bolero)”, “Cosecha perdida (bambuco)”, “Cerca de Dios (balada)”, “Por siempre te amaré (salsa)”, “Himno de Paya (Música: Wilson Quintero Quintana; Letra: Carlos Eduardo Malagón Bravo)”, “Himno al Puente de Boyacá”, “Amor sin rumbo (ranchera)”, “Creó Dios a la mujer (calypso)”, “Cuando un amor se va (balada)”, “El palomar (paseo vallenato)”, “Mi madre regalo de Dios (danza)”, “Milagro de amor (balada)”, “Por ti (balada)”, “Se acaba todo y punto (bolero blue)”, “Tribulación (salsa)”, “Un nuevo día (poema) – Recitado por Gustavo Niño Mendoza y por Juan Romero Cortés”.

Entre 1984 y 2018, ha dirigido 14 producciones musicales.

Nació en El Cocuy, Boyacá, el 30 de octubre de 1929. Sus padres fueron la señora Rebeca Bonilla y el señor Víctor Vera. Se casó con Emperatriz Buitrago el 17 de enero de 1955. De este matrimonio nacieron sus hijos Ruth, Walter, Schubert, Yury, Gade y Beethoven Bonilla Buitrago.

Inició el arte de tallador en su tierra natal de manera autodidacta, fabricando globos de papel de seda con mecha de algodón y parafina; máscaras para los matachines elaboradas de papel sobre moldes de arcilla; pirotécnica con pólvora de luces; sillas de montar en cuero, diseño de carrozas para los fiestas y eventos municipales; puertas; ventanas; ataúdes; trompos y horquetas para las caucheras de los muchachos del pueblo. Para ello hizo uso de palos rústicos como el mortiño, el arrayán, el tobo y el naranjo. Despúes aprendió a tallar madera y su primer cuadro fue sobre Los Molinos. Luego talló sobre madera a su pueblo natal y construyó el altar del Señor de Las Misericordias de la Parroquia de Nuestra Señora del Rosario de El Cocuy.

Sus temáticas preferidas han sido la vida del Libertador Simón Bolívar, la vida de Jesucristo, los santos de la iglesia católica, la sociedad indígena, elementos de la naturaleza y la cultura popular. Su abuela era muy bolivariana y siendo niño le leía las historias del Libertador Simón Bolívar. Sus abuelos le enseñaron a fabricar sus propios colores, usando plantas naturales y cortezas de árboles. Tambíen le enseñaron a usar la clara y la cáscara de huevo, la cal, la arena, el carbón, la ceniza de aguacate, la cebolla, la pepa de linaza y la miel de abeja venenosa. Sus obras están basadas en la inspiración y creación propia, no en la copia de obras o modelos de otros autores. Lo que leyó de niño se convirtió en el alimento fundamental de su obra creativa. No repite ninguna obra para garantizar que cada persona que adquiera alguna pieza artística suya tiene en su poder una obra sin par y original.

Desde 1954 se dedicó a tallar cerca de 780 obras bolivarianas en madera. Obtuvo grandes reconocimientos artísticos principalmente en países como Venezuela y en otros como Emiratos Árabes, Grecía, Rusía, donde presentó su obras en múltiples exposiciones a diferencia de las pocas oportunidades que le ofreció Colombia como artista autodidacta. En Venezuela llevó a cabo exposiciones en Mérida, Valencia y presentó en el año 2011 su colección “Tiempos de Héroes” en la Sala Exposición de Pedevesa. Sus valiosos cuadros adquiridos en su momento por el museo de Artes y Tradiciones Populares han sido vendidos a colecciones del extranjero y a colecciones privadas nacionales, como la de Gloria Valencia de Castaño y la del Banco Cafetero.

En la Casa de La Cultura de la ciudad de Mérida, Venezuela, se encuentra una valiosa muestra de su arte, consistente en una colección de 32 obras alusivas a la campaña libertadora. Su aporte a la cultura nacional y en especial a Bogotá ha sido muy valioso participando en 15 exposiciones. Realizó 17 exposiciones en Venezuela y una en Atenas, Grecia.

Cuatro premios le han sido otorgados: Salón Nacional de artistas de Bogotá (1970); Academía Nacional de Historia de Caracas, por su obra bolivariana (1990); Honor al Mérito por Artesanías de Colombia (1995); Museo de Artes y Tradiciones (1996).

Ha tallado la vida de los aborígenes Tunebos, con quienes compartió siete años de su vida y aprendió su lengua. Inventó varios santos como la virgen de los pensionados, la virgen de los perezosos. Ha tallado pájaros, animales, bodegones, cuadros costumbristas. Ha construido instrumentos musicales de cuerda, muebles, réplicas de balcones coloniales, fachadas de casas de El Cocuy, bailes típicos, retratos tallados y policromados. Cada cuadro y obra tiene una historia que sólo él sabe o conoce. Hasta los marcos de sus obras son de su propia creación, para cumplir con el dicho popular boyacense que dice “De las mismas chivas salen las correas”.

Por el recuerdo y gran aprecio que le tiene a sus antepasados y a su patria chica, todas sus obras las firma agregando las palabras: Cocuy (Boyacá).

Actualmente vive en Bogotá en compañía de su esposa y de sus hijos.

Nació en El Cocuy, Boyacá, el 10 de noviembre de 1938. Sus padres fueron Timoléon Paramero Pinzón (nació en 1906) y Rosenda Silva Boada (nació en 1911) quienes se casaron en el año 1931. De esta unión nacieron Pedro, María Emilia, Ana Rosa y María del Pilar Paramero Silva.

Poeta, escritora, cuentista, novelista, compositora, tallerista e investigadora etnográfica. Mujer de maíz y paisaje. Comprometida con las comunidades campesinas en pro del desarrollo cultural. Su primer poema lo redactó en la escuela a la edad de siete años, recibiendo elogios de su profesora Aura León de Meléndez, quien la incentivó para que siguiera escribiendo. Las temáticas de sus escritos son la poesía ecológica, histórica, social y romántica. Trabajó como tallerista en las escuelas rurales, lo que la llevó a tener una gran vivencia tanto de los niños como de la naturaleza. Siempre copiosa en significado y poder simbólico, impregnada del lenguaje primigenio muisca, de mitos y leyendas de la madre monte. Sus palabras tienen gran musicalidad y le hacen honor a sus ancestros indígenas. La naturaleza se manifiesta a través de su poesía. Lo que ella ve lo expresa con maestría poética.

Obtuvo el Gran Premio Nacional de Poesía Museo Rayo en 1995, con su libro “Estallido”, publicado en 1996, que según el jurado se destaca por la gran pureza del lenguaje poético y profundidad de las fuentes de inspiración, desde las que emergen una visión clara y hermosa de la mujer en su relación con la naturaleza y el cosmos. Participó en el encuentro de Poetas Colombianas en Rolanillo, Valle, en el año 2013 y en la Primera Fiesta de la Poesía en Villa de Leyva en el año 2015.

Ha dictado talleres de inducción al cuento, el bonsay y la poesía ecológica. Entre sus composiciones están las siguientes: Verso libre; Los ojos de la noche; Voces calladas; Furatá; Mujer; Alba y luciérnagas; Octava huella; Itinerante de un colibrí; Astros y sombras; Luna de bambú; Antigua heredad; la novela, La fe del carbonero; la fábula, El Burro y el caballero; la obra para teatro, Yo también soy América. Los cuentos: El fantástico narrador; El mendigo y la estrella; El hombre del clavel rojo; El misterio de la concha azul y la Rubia Josefina. Escribió 18 letras para el poemario “Mi ruana”. Es coautora de cinco canciones junto al maestro Kike Cárdenas e incluidas en el CD “Sones de tambor”. Ella considera que su obra cumbre es “Furatá”, que significa mujer tierra.
Sobre María del Pilar Paramero Silva, se han expresado de la siguiente manera los escritores, poetas y ensayistas:

Deimer Tegua Munar: “La naturaleza y el universo adquiren voz a través de ella. Su obra no se origina en una epifanía accidentada. Lo que es revelación para el lector, no lo es para esta poeta. Ella ayuda como un puente a la transmisión de vibraciones que son bastante profundas y cuya exposición es la mera dilación confeccionada con una honda noción estética de la selección precisa de palabras incapaces de mentir, anteponiendo una sinceridad tan palpable que no require de mitigación, ni de explicaciones. Decir Tierra para ella es decir tú, es decir nosotros”.

William Felipe Cardona Pulido: “Su poesía carece de vibraciones, es un camino sin espejos. Su proyecto poético en vez de fomentar la distancia, tiene el afán de construir una cercanía. Su obra es una travesía hacia lo esencial, hacia una reconciliación entre el hombre y su entorno natural. Sus versos han germinado bajo el cielo de la cordillera andina cundiboyacense. Su obra poética nos propone reinventarnos, reconciliarnos con la natutaleza y con el universo. Ella siempre ha manifestado que su intención va más allá de ser reconocida. Fiel a su vocación de padagoga, su interés se enfoca en que las instituciones educativas se ocupen de rescatar la poesía de los autores colombianos”.

Apartes de sus poemas contenidos en obras publicadas: “Cuando cesó la lluvia algo sutíl alborotaba la cresta de la hierba. Eran los cascos azules del venado blanco que se alejó veloz tras el brillo de una estrella” (poema, Venado blanco). “Los tallos del bambú susurran en las tardes, sus cánticos son de agua cuando la Luna sale”. “Cada pétalo al caer es un ciclo de la existencia de la vida”. “Por cada río que muere se quedan sin nacer miles de vidas”.

Se describe a si misma como una mujer mitad sueños, mitad Tierra. Y también escribe sobre su existencia en su poema La sonrisa del maíz: “Esta mezcla de mi sangre se me sale de las manos, cuando le canto a mi raza me sale un verso gitano, hija del Sol y Bachué nacida en la sierra andina, música llevo en la sangre del África o de la China, esta mezcla de mi sangre de flauta o de cante jondo, vuelo de gaviota errante, canario, mezcla de cóndor, esta mezcla de mi sangre la heredé sin saber como”. Cante jondo traduce: canto gitano. Ella afirma: “Para ser humilde hay que tener grandeza” y tiene un epitafio que dice: “Si un día no me encuentras, no me busques en páginas de un diario. Búscame en el canto de los pájaros y en la arcilla tibia que me llamó porque parte de mi le pertenece”. Ahora está en tiempo de reflexión, de calma, de profundidad. Vive en Tunja, en el hogar geriátrico de las Hermanitas de los Pobres.

Artistas, Poetas

Luis Arsenio Herrera Barrera

Audio - Luis Arsenio Herrera Barrera

Foción Barbosa Barrera

Audio - Foción Barbosa Barrera

León Ramón Morales Correa

Audio - León Ramón Morales Correa

José Emiro Walteros Oicatá

Audio - Jose Emiro Walteros Oicatá

Eduardo Maldonado Puentes

Audio - Eduardo Maldonado Puentes

Edgar Barbosa Pérez

Audio - Edgar Barbosa Pérez

Epifanio Mora Mora

Audio - Epifanio Mora Mora

Jorge Estuardo Benjamín Echeverría Haro

Audio - Jorge Estuardo Benjamín Echeverría Haro

Alirio Hernando Lagos

Audio - Alirio Hernando Lagos

Wilson Quintero Quintana

Audio - Wilson Quintero Quintana

José Antonio Bonilla

Audio - Jose Antonio Bonilla

María Del Pilar Paramero Silva

Audio - Maria Del Pilar Paramero Silva

MADRE BACHUÉ - XXXVI Encuentro Poesía de la Mujer del Museo Rayo de Roldanillo, 17 de julio de 2020.